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Después de la concentración y
el tiempo de exposición, el elemento más importante para obtener un buen resultado en
una fumigación es la temperatura. El bromuro de
metilo se evapora a 3.6 ºC; abajo de esta temperatura, el bromuro va a estar líquido y
no tiene acción como fumigante. Tiene desde luego un efecto directo si el líquido toca
la plaga, pero cubrirá un espacio de 23 cm3 con la cantidad (40g) de bromuro que
serviría para fumigar 1 m3, en condiciones normales.
A temperaturas entre 7 y 15 ºC es factible hacer una
fumigación pero las condiciones no son ideales. La evaporación del bromuro es lenta, en
parte por la baja temperatura misma y en parte porque al evaporarse se enfría. La
difusión es más lenta y por tanto tarda en llegar a los puntos alejados del de
introducción del gas, particularmente si la mercancía a fumigar está muy compacta.
Las plagas, insectos, nemátodos, etc., están en un nivel
bajo de actividad metabólica, siendo más resistentes a la fumigación.
Todo lo anterior conduce a la necesidad de tener que subir
la dosis, el tiempo de exposición, o ambos; dentro de este rango de temperatura es muy
deseable utilizar algún tipo de vaporizador. Ver pág. 7 y 8.
Los mejores resultados en fumigaciones se obtienen a
temperaturas superiores a los 15 ºC. A medida que sube la temperatura, es factible
reducir las dosis y tiempos de exposición, con los ahorros subsecuentes en costo y en
tiempo operativo. |
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La humedad afecta las
fumigaciones en diversas formas. Tiene trascendencia tanto la humedad relativa de la
atmósfera a fumigar como la humedad del producto a fumigar.
En términos generales, conviene evitar la humedad relativa demasiado alta
(arriba del 70%). Tiene un efecto negativo en la fumigación misma por que retiene algo
del bromuro de metilo. El agua condensada sobre la mercancía aumenta los residuos de
bromo orgánico.
Demasiada humedad en el material a fumigar puede disminuir
la efectividad del fumigante, por interferir con la difusión y distribución del
fumigante.
Normalmente no se hacen tratamientos con bromuro de metilo
en semillas para siembra pues tiende a reducir la germinación; sin embargo si la
fumigación se hace cuando la semilla tiene baja humedad (abajo del 12%) es factible usar
el bromuro de metilo.
El tratamiento de material vegetativo con bromuro de
metilo, se hace normalmente sólo para fines cuarentenarios; en este caso, si se trata de
material vegetativo en estado de crecimiento activo o con hojas, debe mantenerse un alto
porcentaje de humedad (arriba de 75%) en la cámara, colocando musgo de turba o aserrín
mojado en la cámara o mojando las paredes y el piso de la cámara de fumigación. Deben
protegerse las plantas delicadas o en crecimiento activo de las corrientes de aire directo
de los ventiladores.
La humedad interfiere con las lecturas de los analizadores
de gas por conductividad térmica y debe eliminarse mediante los tubos con material
desecante para obtener lecturas correctas.
La fumigación de suelos debe hacerse con el terreno a una
humedad ligeramente arriba de la 'humedad de campo', o sea el agua retenida por
capilaridad. En los terrenos demasiado húmedos, se obstruye la difusión del fumigante. |
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